jueves, 8 de julio de 2010

Conciertos, emociones y OCESA


Para quienes gustamos de la música, es una emoción muy grande recibir la noticia de que nuestros ídolos visitarán el país. Imaginarnos en medio de un imponente auditorio donde miles de voces se unirán para corear las canciones, donde las diferencias raciales o ideológicas desaparecen por un par de horas y donde ser testigo de un tan esperado espectáculo auditivo (y visual) es lo único que existe por nuestras mentes, de pronto pasa a segundo término cuando el grandioso consorcio llamado Operadora de Centros de Espectáculos S.A. de C.V. (OCESA) publica los precios de las entradas.

Aquí hay dos tónicas evidentes. Primero el gran poder que maneja esa empresa de espectáculos, cuya finalidad es fungir como intermediarios y promotores de eventos, además de encargarse del mantenimiento de ciertos recintos como lo son el Hipódromo de las Américas, o el Palacio de los Deportes. El poder ejercido por esta empresa perteneciente a la Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), se ha manifestado desde su creación, y se ha hecho más fuerte con los años, gracias a convenios con otras empresas influyentes tanto nacionales como internacionales, para la realización de eventos de gran talla.

De esta forma, el mercado de espectáculos de alto calibre se ha visto monopolizado por OCESA. Es en la actualidad muy difícil asistir a un evento estelar donde los organizadores no hayan sido los de esta empresa. Cabe decir que sí existen otros corporativos y empresarios que buscan competir en el mercado, sin embargo los eventos que ellos promueven son de un perfil más bajo, no tan populares. Gracias a ello, OCESA ha obtenido los derechos de varios artistas extranjeros, quienes para entrar a nuestras tierras deben pasar por los caprichos de esta empresa y atenerse a sus reglas.

Un claro ejemplo sucedió en la década de los 90, cuando la banda norteamericana Pearl Jam tuvo un conflicto con la empresa Ticket Master (ahora socios de OCESA) por no querer reducir los costos de los boletos. Actualmente ambos lados ya han hecho las paces y respetan un acuerdo mutuo, pero ejemplos como este hay muchos.Sin embargo no todos los artistas actúan como Pearl Jam, y la gran mayoría se limita a respetar las políticas de OCESA, minimizando de alguna forma a los seguidores quienes pagamos un boleto.

Y aquí se encuentra la segunda tónica del tema: el fanatismo ciego y leal de los mexicanos. Porque al fin y al cabo somos nosotros quienes a pesar de la inconformidad manifiesta hacia los precios, casi siempre doblamos las manos y adquirimos nuestras entradas. Es muy difícil que los amantes de la música dejemos pasar la oportunidad de acercarnos a nuestros músicos preferidos, por lo que a veces el dinero que siempre hace falta, lo empleamos para cumplir ese capricho de asistir a un concierto.

El pretexto de esta columna fue el anuncio de la próxima visita de Roger Waters a México, un músico reconocido por la creación de la banda de rock progresivo originaria de Inglaterra, Pink Floyd, quien precisamente se encuentra de gira por Estados Unidos con la promoción de "The Wall Live", una representación íntegra de aquél mítico disco lanzado en 1979 por esta legendaria banda. Tal noticia ha sido causa de emociones y sueños, al menos de mi parte, por lo que lo primero que pensé fue en ahorrar para comprar mi entrada, y en ahorrar mucho porque ya sabía lo que me esperaba.

Y efectivamente, si queremos asistir al concierto tenemos la opción de pagar 350 cómodos pesos para presenciarlo en las butacas más lejanas del Palacio de los Deportes, donde el sonido no es el mejor, y la vista mucho menos. Pero si queremos estar más cerca, existe la opción de adquirir boletos de $750, $1650, $2650 y si nos encanta derrochar el dinero en una sola velada, hasta de $3250 en la sección principal, estos precios sin tomar en cuenta el cargo extra de Ticket Master. Nada que un arduo mes de trabajo no pueda pagar.

A pesar de ello, el pasado lunes 21 de junio del 2010 a las once de la mañana inició la venta de boletos para usuarios BANAMEX (una traba más), y como por arte de magia los boletos para las dos primeras fechas abiertas para diciembre 18 y 19 se han agotado. La emoción y la fidelidad del fanático mexicano han perdido una vez más la batalla contra las grandes empresas. Quién fuera Costa Rica, donde los conciertos no pasan por esos intermediarios capitalistas y donde los precios son al menos un 50% más baratps que en México. Se nota la avaricia y conveniencia de las empresas en nuestro país.

Pero, ¿hasta cuándo vamos a permitir este tipo de estafas?, ¿será que la pasión y las emociones son más fuertes que el sentido común?
Cada quien tiene su juicio.

4 comentarios:

  1. Muy cierto, por eso no fui a Star Wars In Concert, los boletos estaban carisimos, si soy fan pero no para pagar tanto por ese espectaculo.

    Saludos

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  2. Sí, la verdad exageran con sus precios, pero bueno, ya compré mi boleto jaja, eso sí, de la sección más barata. Saludos

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  3. Al igual que Telmex o cualquier otro monopolio, OCESA hace un uso legal e inteligente de su posicion de ventaja. Lo cual estoy de acuerdo. EL problema Real es la situacion del pais y la corrupcion del gobierno. Es el gobierno quien no facilita la creacion de competencia, y quien si le facilita a OCESA el manejo de inmuebles como el palacio de los deportes (concecionado).

    Ocesa es como Televisa y Telmex, Empresarios amigos del poder. o mas bien empresarios con un empleado en los pinos. Son los mismos. Incluso Azcarraga es accionista destacado en CIE, la holding de OCESA.

    Y si no hay competencia no habra competencias de precios.

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  4. Gracias por escribir David, y estoy de acuerdo contigo, a pesar de que según quieren darle entrada a la competencia en varios sectores, es evidente que los monopolios reinan en nuestra sociedad.

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